España, también denominado Reino de España,[nota 1] es un país transcontinental, miembro de la Unión Europea, constituido en Estado social y democrático de derecho y cuya forma de gobierno es la monarquía parlamentaria. Su territorio, con capital en Madrid,[30] está organizado en diecisiete comunidades autónomas, formadas a su vez por cincuenta provincias; y dos ciudades autónomas. España se sitúa tanto al sur de Europa Occidental como en el norte de África. En Europa, ocupa la mayor parte de la península ibérica, conocida como España peninsular, y las islas Baleares ; en África se hallan las ciudades de Ceuta y Melilla , las islas Canarias , las islas Chafarinas , el peñón de Vélez de la Gomera , las islas Alhucemas y la isla de Alborán . El municipio de Llivia, en los Pirineos, constituye un exclave rodeado totalmente por territorio francés. Completa el conjunto de territorios una serie de islas e islotes frente a las propias costas peninsulares. Tiene una extensión de 505 370 km²,[11] por lo que es el cuarto país más extenso del continente, tras Rusia, Ucrania y Francia.[nota 2] Con una altitud media de 650 metros sobre el nivel del mar es uno de los países más montañosos de Europa. Su población es de 47 329 981 habitantes a 1 de enero de 2020.[31][13] El territorio peninsular comparte fronteras terrestres con Francia y con Andorra al norte, con Portugal al oeste y con el territorio británico de Gibraltar al sur. En sus territorios africanos, comparte fronteras terrestres y marítimas con Marruecos. Comparte con Francia la soberanía sobre la isla de los Faisanes en la desembocadura del río Bidasoa y cinco facerías pirenaicas.[32] De acuerdo con la Constitución, y según su artículo 3.1, «el castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla».[3] En 2012, era la lengua materna del 82 % de los españoles.[33] Según el artículo 3.2, «las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos».[3] El producto interior bruto coloca a la economía española en la decimotercera posición mundial. España es una potencia turística, el segundo país más visitado del mundo en 2018 con 83 millones de turistas, y el segundo país del mundo en ingresos económicos provenientes del turismo.[34][35] Es, además, el octavo país del mundo con mayor presencia de multinacionales.[36][37] Tiene un índice de desarrollo humano muy alto , según el informe de 2018 del Programa de la ONU para el Desarrollo.[15] La primera presencia constatada de homínidos del género Homo se remonta a 1,2 millones de años antes del presente, como atestigua el descubrimiento de una mandíbula de un Homo aún sin clasificar en el yacimiento de Atapuerca.[38] En el siglo III a. C., se produjo la intervención romana en la Península, lo que conllevó a una posterior conquista de lo que, más tarde, se convertiría en Hispania. En el Medievo, la zona fue conquistada por distintos pueblos germánicos y por los musulmanes, llegando estos a tener presencia durante algo más de siete centurias. No es hasta el s. XV d. C., con la unión dinástica de Castilla y Aragón y la culminación de la Reconquista, junto con la posterior anexión navarra, cuando se puede hablar de la cimentación de España, como era reconocida en el exterior.[39][40][41] Ya en la Edad Moderna, los monarcas españoles dominaron el primer imperio de ultramar global, que abarcaba territorios en los cinco continentes,[nota 3] dejando un vasto acervo cultural y lingüístico por el globo. A principios del xix, tras sucesivas guerras en Hispanoamérica, pierde la mayoría de sus territorios en América, acrecentándose esta situación con el desastre del 98. Durante este siglo, se produciría también una guerra contra el invasor francés, una serie de guerras civiles, una efímera república reemplazada nuevamente por una monarquía constitucional y el proceso de modernización del país. En el primer tercio del siglo XX, se proclamó una república constitucional. Un golpe de Estado militar fallido provocó el estallido de una guerra civil, cuyo fin dio paso a la dictadura de Francisco Franco, finalizada con la muerte de este en 1975, momento en que se inició una transición hacia la democracia, cuyo clímax fue la redacción, ratificación en referéndum y promulgación de la Constitución de 1978, que propugna como valores superiores del ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.[18]